Puedo sentir tu sombra cuando te vas
se mezcla el olor de tu tristeza
con tu aroma de costumbre
y todo me sabe a tus derrotas inventadas.
Arrastras los pies, ya no caminas
ya no vuelas ni me invitas a volar.
¿En qué momento nos perdiste?
¿Cuándo comenzó tu aventura con la fatalidad?
No entiendo tus manos que ya no me tocan
ni esa tu cercanía tan lejana.
Y tu boca vacía de besos
ya no sabe contar sueños…
© María Ayala